La Ruta de los Volcanes es sinuosa y, sobre todo, muy estrecha. Recorre 14 kilómetros a través del Parque Nacional de Timanfaya, al suroeste de Lanzarote, a lo largo de 25 volcanes y el núcleo principal de las erupciones. El punto más estrecho entre las rocas y los túneles de lava mide tan solo 2,60 metros: todo un reto, ya que solo los autobuses tienen permiso para circular por la tierra de las montañas de fuego.
A través de la tierra de las montañas de fuego.
Con el Mercedes-Benz Intouro por la Ruta de los Volcanes.
Ruta por el parque nacional solo para autobuses.
El Parque Nacional de Timanfaya, que significa «tierra que golpea» o «estómago de fuego», surgió de varias erupciones volcánicas entre 1730 y 1736 y otra erupción en 1824. En medio de las montañas de fuego, la ruta de los volcanes pasa por un gran número de cuevas, cráteres, mantos de lava e impresionantes rocas volcánicas. Alrededor de 800 000 personas recorren cada año la espectacular Ruta de los Volcanes en una excursión en «guagua», como llaman los isleños a los autobuses.
Ángel Vázquez, Director General (CEO) de Centros Turísticos (Centros de Arte, Cultura y Turismo de Lanzarote), es responsable del servicio de transporte y supervisa el correcto funcionamiento de todos los centros turísticos de Lanzarote. Presta especial atención a la protección del medioambiente. La visita a la reserva natural está muy limitada. «En la ruta de los volcanes solo se permiten autobuses. Nadie baja, nadie pisa la lava solidificada y, por supuesto, tampoco se arroja nada a la naturaleza», subraya Vázquez.
Equipamiento especial del vehículo para las montañas de fuego.
Los Centros Turísticos, pertenecientes al Cabildo (gobierno de las islas), utilizan para la Ruta de los Volcanes ocho nuevos Mercedes-Benz Intouro híbridos que han sido adaptados especialmente para esta ruta. Los autobuses pintados en color marrón anaranjado armonizan perfectamente con el paisaje de lava. Están configurados para trayectos con un gran número de pasajeros.
«Los doce conductores tuvieron voz y voto en la configuración de los nuevos autobuses», afirma Vázquez. Entre los criterios más importantes se encuentran las ventanillas amplias, los portaequipajes fáciles de limpiar y los robustos asientos sin apoyabrazos y con cinturón de seguridad de 2 puntos. También es importante un cambio especialmente duro, diseñado para velocidades bajas y, por supuesto, un motor con el menor consumo y emisiones de CO2 posibles. Los modernos sistemas de seguridad, como los sensores para la detección de objetos y una cámara de marcha atrás de buena visibilidad, facilitan las maniobras.
Para las temperaturas siempre cálidas de Lanzarote no se requiere calefacción en el autobús, pero sí un potente aire acondicionado para los pasajeros.
Para personas con movilidad reducida hay disponibles dos Intouro equipados con un elevador de plataforma y una superficie especial para sillas de ruedas en el espacio interior.
La ruta más segura del mundo.
La ruta de los volcanes para los autobuses turísticos se inauguró en 1971. Nunca se ha producido un accidente, lo que puede parecer sorprendente teniendo en cuenta el trazado estrecho y sinuoso de la carretera.
Nuestro conductor, Carmelo Martín, nos cuenta que los exámenes de admisión para el trabajo como conductor son muy difíciles, tanto desde el punto de vista técnico como psicológico. Él lleva más de treinta años trabajando como conductor de autobús para Centros Turísticos.
Las averías en la ruta del volcán deben quedar prácticamente descartadas. No hay espacio para maniobrar, ni casi para girar: solo hay una estrecha carretera de asfalto. Por lo tanto, el mantenimiento regular de los autobuses es esencial. Por este motivo, recurren desde hace años al impecable servicio posventa de OMNIplus, explica Carmelo Martín.
Vistas espectaculares.
Desde las 10 de la mañana hasta bien entrada la tarde, los Intouro parten ininterrumpidamente del centro de visitantes del parque nacional. No hay un ritmo fijo: los viajeros llegan y se suben. Cuando el autobús está lleno, se pone en marcha: cincuenta y cinco plazas para exploradores, aventureros y amantes de la naturaleza que quieren disfrutar de vistas espectaculares.
Carmelo detiene el Intouro junto a una formación rocosa algo más alta que las demás, y que llaman «Manto de la Virgen». Nos cuenta que se trata de un cono volcánico de unos 40 metros de profundidad.
Seguimos avanzando y pasamos por nuestra segunda parada, el lago de lava. Carmelo explica que hay dos tipos de lava: Aa y pahoehoe. La lava Aa tiene bordes afilados y no se puede pisar sin un calzado resistente. Por su parte, la lava pahoehoe, cuando se solidifica, forma una superficie relativamente lisa, más blanda y sobre la que se puede caminar perfectamente.
Atravesando el Macizo del Fuego hasta el Valle de la Tranquilidad.
Seguimos la estrecha carretera hasta llegar a un canal de lava, conocido como el Macizo del Fuego. A ambos lados de la carretera se elevan gigantescos muros de lava más altos que el autobús, y cuesta creer que el Intouro pueda pasar por aquí.
Continuamos nuestro camino hacia el llamado «Valle de la Tranquilidad». La ceniza volcánica que lo cubre todo nos da un pequeño respiro, ya que la tierra menos escarpada ofrece una visión más pacífica.
Ahora subimos una pendiente muy pronunciada hacia el cráter de Timanfaya, el punto más alto del parque, a 520 metros sobre el nivel del mar. En esta parada, los viajeros pegan los rostros a las ventanillas y se imaginan la bola de fuego que debió salir del cráter hace unos 400 años.