Corría el año 1969 cuando el conductor de autobús Héctor Prieto compró un LO 1112 junto con sus compañeros para dar servicio a la línea 6 de Buenos Aires. Esto no era inusual, ya que en esa época todavía no había empresas de transporte municipales en Buenos Aires. Los conductores unen sus fuerzas con un autobús y establecen conjuntamente un servicio regular en una línea: Nacen los autobuses colectivos. Constituyen el pilar del transporte público local, ya que operan en horarios regulares en los que los pasajeros pueden confiar.

Su colorido diseño es al mismo tiempo publicidad. Y es que no es un solo grupo de emprendedores el que recorre las lucrativas rutas de la capital argentina, sino que varios grupos compiten entre sí. Cada "colectivo" intenta ser lo más llamativo y simpático posible para atraer al mayor número de pasajeros posible. El exterior destaca por los numerosos símbolos de la suerte que hay pintados, mientras que el interior presenta naipes, dados o artilugios mágicos. Así pues, el autobús sirve de talismán tanto para los conductores como para los pasajeros.

El LO 1112 se construyó sobre un chasis de camión procedente de Alemania con una carrocería de autobús tradicional en la planta de Mercedes-Benz en Buenos Aires. Fundada hace ya 70 años, se trata de la planta más antigua de la empresa en el extranjero. La mayoría de los colectivos optan por un autobús Mercedes-Benz, cuya cuota de mercado ronda el 90 % desde hace décadas.

Desde las ciudades hasta los destinos vacacionales más populares en los años 50 con el Mercedes-Benz O 3500. Marcó un nuevo comienzo y el deseo de volver a la normalidad, ya que fue el primer autocar Mercedes-Benz que se construyó tras el final de la guerra. Diseñado como un clásico vehículo de capó alargado, está asentado sobre el chasis de un camión. Está disponible en diferentes versiones como autobús de servicio regular y autocar interurbano. El vehículo expuesto en Stuttgart es un autocar interurbano de lujo con acristalamiento en el borde del techo del tipo utilizado para el turismo por Italia en los años 50.

Su rasgo más destacado es el enorme techo panorámico abatible, que se utiliza para recorridos por la ciudad y excursiones con paisajes espectaculares. La cilindrada del motor de 6 cilindros es de unos considerables 4.580 centímetros cúbicos, aunque el conductor tiene que conformarse con solo 90 CV, lo que requiere una conducción proactiva. No obstante, el autocar era perfecto para su época: El lema era viajar en lugar de ir a toda velocidad, a diferencia del ajetreo que marca la vida moderna.

Un autocar que cuenta la historia del deporte es el Mercedes-Benz O 302 que hay expuesto en el museo. Con motivo del Mundial de Fútbol celebrado en la República Federal de Alemania en 1974, Mercedes-Benz puso a disposición de los equipos 72 autobuses para los jugadores y los funcionarios, incluidos 16 autocares interurbanos O 302 lujosamente equipados. El extravagante equipamiento incluía el aire acondicionado «Thermo King» en el techo, una cocina y un aseo. Los autobuses estaban pintados con el nombre del país de origen de los jugadores en letras grandes y la bandera nacional respectiva. En el autocar de la selección de la República Federal de Alemania había una placa con el nombre de los jugadores en cada asiento.

A medida que aumentaba el tráfico en las ciudades, también lo hacía la importancia de los autobuses de línea. Los operadores de transporte municipales necesitaban un número cada vez mayor de vehículos y el deseo de una flota homogénea crecía. El O 305 pertenece a la primera generación de autobuses de línea estándar, con la que en 1967 se inició una homogeneización de los tipos de autobuses y autocares utilizados en el servicio regular. Aunque el vehículo expuesto en Stuttgart pueda parecer poco llamativo a primera vista, sentó las bases del éxito y de la importancia que tienen los autobuses en la actualidad.

El pasado de esta pieza de exposición no pasa desapercibido. Los peldaños de entrada rayados y gastados hablan de millones de suelas de zapatos que pisaron este autobús día tras día para ir al trabajo, volver a casa o quedar con unos amigos. Si uno se fija en la lujosa tapicería original, no puede evitar imaginarse a quienes ocuparon esos asientos. Al fin y al cabo, este autobús de museo estuvo en servicio en la Stuttgarter Straßenbahnen AG (SSB) desde 1980 hasta 1995. El O 305 recorrió más de un millón de kilómetros.